En el marco del Día Mundial contra la Hepatitis que se celebra el 28 de julio, la Organización Mundial de la Salud (OMS) hace un llamado para ampliar la detección y el tratamiento de las hepatitis víricas. Advierten que, si las tasas actuales de infección se mantienen, en 2040 estas enfermedades podrían causar más muertes que el paludismo, la tuberculosis y el VIH combinados.
Las hepatitis, particularmente los tipos B y C, son responsables de daños hepáticos, cáncer y más de un millón de muertes anuales. A pesar de que la hepatitis C es curable, solo el 21% de los procedimientos están diagnosticados y solo el 13% ha recibido tratamiento. En el caso de la hepatitis B crónica, solo el 10% de las personas infectadas son diagnosticadas, y solo el 2% recibe la medicación que puede salvar vidas.
La OMS promueve el lema «Una vida, un hígado», destacando la importancia de proteger el hígado contra las hepatitis para una vida larga y saludable. La salud hepática también beneficia a otros órganos vitales, como el corazón, el cerebro y los riñones, que dependen del hígado para funcionar correctamente.
El Dr. Tedros Adhanom Ghebreyesus, Director General de la OMS, señala que hay millones de personas en todo el mundo con hepatitis sin diagnóstico ni tratamiento, a pesar de que existen mejores herramientas de prevención, diagnóstico y tratamiento que nunca antes.
La vacunación, especialmente contra la hepatitis B en niños, es fundamental para limitar las infecciones por hepatitis. Sin embargo, se destaca que muchos países africanos aún no tienen acceso a las vacunas necesarias para administrar a los recién nacidos.
Es importante mencionar que una parte significativa de los casos de hepatitis no presenta síntomas visibles, aunque algunos pueden mostrar signos como coloración amarilla de la piel y ojos, orina amarilla y heces blancas.
Para prevenir la hepatitis, se deben considerar varias medidas importantes:
- Vacunación: La vacuna contra las hepatitis A y B es una medida efectiva para prevenir la infección.
- Prácticas seguras de inyección: Las agujas y jeringas deben ser de un solo uso y nunca compartidas.
- Prácticas sexuales seguras: El uso de preservativos reduce el riesgo de transmisión de las hepatitis B y C durante las relaciones sexuales.
- Evitar compartir objetos personales: No compartir rasuradoras, cortauñas, cepillos de dientes, etc., ya que pueden estar contaminados con sangre infectada.